La ciencia, tecnología e innovación (CTI) son elementos centrales para el desarrollo de sociedades del conocimiento sustentables. Las capacidades nacionales de CTI son, por lo tanto, un importante motor de crecimiento económico y desarrollo social. Las políticas de CTI, regionales, nacionales, y locales direccionan y promueven la inversión y la formación de recursos humanos, creando y fortaleciendo las capacidades necesarias para que la CTI esté al servicio del desarrollo sustentable (UNESCO, 2018).

Las sociedades del conocimiento se basan en distintos tipos de entendimiento en los cuales la ciencia ocupa un lugar central, pero no único. Los conocimientos locales, también conocidos como saberes ancestrales, únicos para (o de) una cultura o una sociedad, han sido la base para la agricultura, la preparación de alimentos, el cuidado de la salud, la educación, la conservación y otras actividades que sostienen las sociedades en muchas partes del mundo, de manera sustentable. Entre los desafíos actuales de México, y del mundo, se encuentran la incorporación de los sistemas de conocimientos indígenas y tradicionales a las políticas de CTI, con el objeto de contribuir más extensamente al bien común, y el otro como indicó Tracy Chou, en su participación durante el Foro Internacional de Innovación para el Desarrollo Sostenible (Guanajuato, 2017):